lunes, 25 de septiembre de 2023

RHF-83

Dossier Coudenhove-Kalergi y el PLAN KALERGI (todo lo que hay que saber)

El “Plan Kalergi”, otra de las muchas teorías conspiranoicas sustenidas en el vacío. Hay decenas de ellas y, en los últimos tiempos, han proliferado en los márgenes de Internet, terreno abonado para locuras colectivas. Desde 2005, esta “serpiente conspiranoica” recorre foros y aparece una y otra vez, incluso en medios de comunicación clásicos. Nacida en Europa, es una teoría conspirativa que se ha universalizado gracias a foros de internet como QAnon.

Al igual que ocurre cuando se argumenta la falsedad de los Protocolos de los Ancianos Sabios de Sión, tras mostrar el rastro de los falsificadores que, indubitablemente, ha podido reconstruirse a lo largo del tiempo, el contexto en el que se concibieron, los nombres de los responsables, de dónde extrajeron la inspiración, la respuesta “conspiranoica” es siempre la misma: “Serán falsos, pero se cumplen”. De hecho, no se cumplen. Si hoy caminamos hacia algún lugar, no es al panorama descrito en esta obra, sino, más bien, en el paisaje enunciado en la novela de Aldous Huxley Un mundo feliz… Otro tanto ocurre con el “Plan Kalergi”. Y también aquí, la falsedad, una vez demostrada, tiene la misma respuesta: “Será falso, pero cada vez Europa está más anegada por razas de color”. Algo tan cierto como que la primera generación bolchevique en Rusia y en la Mitteleuropa, tuvo una desmesurada presencia de bases y jefes de origen judío. Pero de este dato históricamente contrastado, no puede deducirse la existencia de una “gran conspiración judía”: habría que demostrar que esa presencia obedecía a un plan premeditado y no a circunstancias sociales muy concretas (entre otras, la personalidad del judío separado de la sinagoga que ha perdido el contacto con su tradición y, algo en su psique, le hace tender a destruir cualquier tradición: pero no se trata de una “conspiración”, sino de materia digna de ser estudiada por la psicología y la sociología; o que la situación de buena parte de los judíos rusos era miserable: no tenían nada que perder y optaron por la insurrección contra el zar).

Así mismo, la permisividad, tolerancia y complacencia ante las oleadas migratorias que viene recibiendo el continente europeo, tienen muchas explicaciones racionales y razonables que pueden deducirse de la economía, de la sociología, de la psicología de las masas, de la propia historia y de “megatendencias” enunciadas por los grandes centros de poder. Cualquiera de estas explicaciones puede ser tomada en consideración, pero aquellos otros que dan explicaciones asentadas en el vacío y que mezclan a personas y nombres que nada tienen que ver, tienen como efecto el contrario que pretenden conseguir: nadie con un conocimiento mínimo de la historia, con una curiosidad intelectual y una capacidad de discernimiento “normal”, podría admitir que el Conde Coudenhove–Kalergi planificó una operación de destrucción de la “raza blanca”, la llevó a cabo y, por si eso fuera poco, lo proclamó en sus libros (olvidando algo tan elemental que los “planes secretos”, nunca se exponen a la luz pública)...