viernes, 8 de mayo de 2015

Milicia I

Capítulo I. Lo que enseñan las novatadas
Capítulo II. Cuando la milicia está en los genes
Capítulo III. La casta guerrera y la sociedad
Capítulo IV. Los valores de la casta guerrera
I. Citas sobre Orden, Autoridad y Jerarquía 
II. Virilidad Espiritual
III. El alma de la caballería
IV. El ejército y la obediencia
V. Rostros del heroísmo
VI. Derecho sobre la vida
VII. Fidelidad a la propia naturaleza
VIII. Sobre la Fidelidad


Entrevista sobre Milicia a E. Milà
En 2009 apareció MILICIA una obra que desde entonces ha tenido distintas reediciones. Sin embargo, el autor ha ido ampliando el contenido de esta obra, variando algunos contenidos, ampliando otros y reestructurándola de arriba abajo. El resultado han sido estos dos volúmenes con el título de MILICIA, EL LIBRO DE LA TRADICIÓN GUERRERA, de 350 páginas cada uno, sobre los que conversamos con el autor:
¿Qué nos transmites en esta obra?
- Es muy simple. Existe una tradición guerrera que se remonta a la antigüedad y que seguramente es la primera tradición que acompaña a la humanidad desde sus albores. Lo que he pretendido es, simplemente, exponer su origen y sus contenidos.
¿Por qué dices que es la primera tradición?
- El ser humano consiguió sobrevivir frente a otras especies más fuertes gracias a que supo manejar las armas. Si el ser humano hubiera estado desarmado –esa exigencia del “pacifismo” moderno– no hubiera resistido los ataques de otras especies y hubiera sucumbido. Hoy no estaríamos aquí. Las armas fueron la primera “herramienta” de la humanidad y, ya se sabe que las armas son inseparables de la tradición guerrera.
¿De dónde procede la tradición guerrera?
- De la modulación de algunos instintos básicos: el de supervivencia, en primer lugar, y el instinto territorial que están presentes en todas las especies superiores. Y el de agresividad, por supuesto, que nos hace defensores de nuestra comunidad y de lo nuestro. En el ser humano estos instintos implícitos en su genética, cristalizan en una casta, la casta guerrera, encargada de la defensa de la comunidad que los encarna de manera más completa.
¿Una casta? 
- Efectivamente, desde Dumézil se sabe que las sociedades indoeuropeas han esta siempre organizadas en tres “castas”: una casta en la que la acción está por encima de todo, la guerrera; otra casta que hace de la meditación y la contemplación su ley, la casta sacerdotal; y, finalmente, la función productiva, una casta que produce mediante el trabajo manual.
¿Para qué sirve una casta?
- Históricamente, en las sociedades indoeuropeas, ha servido para organizarse a la vista de que existen tres caracteres fundamentales en las personas (las que están más predispuestas para la acción, las que lo están hacia la contemplación, y las que se inclinan preferentemente hacia la creación). En la edad media, la casta guerrera estaba organizada en órdenes militares, la casta sacerdotal en órdenes ascéticas y la función productiva en gremios. Quien dice "casta" dice estructura social.
¿Tiene sentido todo esto en el siglo XXI?
- Es evidente que el contexto ha cambiado, pero lo que no ha cambiado es el ser humano. Todavía existen los tres tipos humanos a pesar de que las estructuras "verticales" (militares, ascéticas o gremiales) que los albergaban han desaparecido o han pasado a segundo plano. Vivimos en tiempos de crisis de valores y de desintegración de la civilización. Probablemente en este contexto, la función guerrera tenga mucho que decir. Los valores militares todavía están vivos y se enseñan en las academias militares, estando particularmente vivas en determinados tipos humanos. Nunca como hoy, los valores militares han estado tan ausentes de la sociedad, pero nunca como hoy son tan necesarios. Los valores militares, de jerarquía, autoridad, disciplina, capacidad de sacrificio, entrega, honor y lealtad, fidelidad a la palabra dada, claridad en el lenguaje, acción y pensamiento pronto, diligente y sin dobleces, estilo, sentido de la justicia, empuje, implacabilidad, valor...son los únicos en torno a los cuales puede alumbrarse un nuevo ciclo de civilización que sustituya de una vez por todas las concepciones humanitaristas y soft que cada día debilitan más a nuestra sociedad.
¿Lo que estas proponiendo es trasladar los valores militares a la sociedad?
- Con matices, pero sí, más o menos eso es lo que propongo. En tiempos duros lo peor es asumir valores “blandos”. No van a ser los valores humanistas y universalistas, ni los valores del mercado y del librecomercio los que nos van a sacar de una etapa en la que además de la crisis económica, existe una crisis en la educación y en los valores que asumen los jóvenes y otros sectores sociales. Hacen falta valores duros, austeros, capaces de hacer tabla rasa y volver a empezar un nuevo ciclo de civilización.
¿Y hablas en tu libro de todo esto?
- Pues sí, la obra está estructurada en dos volúmenes. En el primero alude al origen de los valores militares y en la naturaleza de estos valores. Se han añadido unos anexos compuestos por fragmentos de la obra de Julius Evola, el filósofo de la Tradición, buen parte de cuya obra está orientada desde el punto de vista de la Tradición Guerrera. Digamos que este primer volumen tiene que ver con los “valores” generales de la milicia. En el segundo descendemos a estudiar algunas tradiciones militares concretas para ver cómo han cristalizado los mismos valores en distintas épocas. Queda por escribir un tercer volumen para completar este repaso morfológico a las distintas tradiciones guerreras.
He visto que el primer capítulo de la obra está dedicado a las novatadas, ¿Por qué?
- Lo esencial de toda tradición es su impersonalidad, el hecho de intentar disolver la individualidad para integrar la personalidad en una "unidad". En este sentido, es lógico que una de las fases del entrenamiento militar sea la novatada que contribuye a escarnecer al sujeto y a que los conceptos puramente individualistas se quedan a la puerta del cuartel. Solamente cuando la individualidad se desvanece aparece el "esprit de corps" que, contra más afirmado está, más eficaz es la unidad militar que lo encarna. Tal es la base del entrenamiento de los cuerpos de élite.
Indice Volumen I (360 págs.)
Introducción
Capítulo I. Lo que enseñan las novatadas
Capítulo II. Cuando la milicia está en los genes
Capítulo III. La casta guerrera y la sociedad
Capítulo IV. Los valores de la casta guerrera
Algunas conclusiones
Anexos (Julius Evola)
     I. Citas sobre Orden, Autoridad y Jerarquía 
    II. Virilidad Espiritual
   III. El alma de la caballería
   IV. El ejército y la obediencia
    V. Rostros del heroísmo
   VI. Derecho sobre la vida
  VII. Fidelidad a la propia naturaleza
VIII. Sobre la Fidelidad
Anexo (Ernesto Milá) 
La larga marcha hacia la guerra moderna

Indice Volumen II (350 págs.)
Capítulo I. Esparta: la madre de todos los guerreros
Capítulo II. Roma Vincit. Organización y estrategia de la Legión Romana
Capítulo III. La iniciación caballeresca
Capítulo IV. El modelo literario del guerrero
Capítulo V. Cyrano y los mosqueteros
Capítulo VI. Locura y milicia
Capítulo VII. El espíritu de la Legión en sus canciones
Capítulo VIII. La Yihad no es un a broma
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