lunes, 6 de septiembre de 2021

"EL CORAZÓN DE MACIÀ", La novela sobre el "PROCÉS" Independentista. Entrevista con el autor

Novela negra salpicada de humor e ironías. Dos investigaciones paralelas emprendidas por un matrimonio de periodistas. Ella centrada en los años 20 y en la figura de Macià, obsesionada por el ritual fúnebre en el que se le arrancó el corazón. Él tratando de penetrar en el santo de los santos del independentismo del siglo XXI. Las dos investigaciones terminan convergiendo en un punto: el irracionalismo de ayer y de hoy, sello característico de todo nacionalismo. Tal es la temática de la novela de Ernesto Milá, El corazón de Macià.



– En primer lugar, ¿se acuerda alguien de Macià y de su figura?

– Realmente, para la mayoría es una plaza de Barcelona que, por aquello de las ironías, en otro tiempo se dedicó a Calvo Sotelo. Sin embargo, en las escuelas se enseña que fue un “gran líder de Cataluña”, sin ninguna notación crítica. Se trata del culto propio de una secta: culto intocable, culto dogmático e inamovible, culto que jamás deberá cuestionarse descendiendo a su papel histórico real, culto hecho de frases grandilocuentes, actitudes dramáticas y solemnes, culto con sus sumos sacerdotes y sus monaguillos, sus festividades sagradas y sus rituales. Culto sectario, en definitiva. No es el único en el que se cae en las escuelas catalanas, pero sí uno de los más sorprendentes por la distancia que separa al “Macià ideal” del “Macià real” y que, en el caso de su sucesor, Lluis Companys, son aún más abismales.

– Tu novela gira en torno a la figura de Macià?

– En cierto sentido Macià encarna la “rauxa” (rabia) del independentismo que estuvo presente en su época y que han conseguido reavivar en nuestros días. En realidad, mi novela gira en torno a lo irracional. Si he cogido como excusa a la figura de Macià y el episodio histórico de que le arrancaran el corazón después de muerto es porque, en sí mismo, expresa la irracionalidad que desde los años 30, rodeó al independentismo catalán. Así pues, gira en torno a Macià, pero no solamente en torno a él, sino en torno a esa misma irracionalidad trasladada a los días del “procés”.

– ¿Crees que el irracionalismo sigue presente en Cataluña?

– Me parece evidente. Pensar en la creación de una nueva nación remite al período del romanticismo alemán del siglo XIX, con el que, por cierto, el independentismo está íntimamente vinculado. El problema es que estamos en el siglo XXI. Pensar que a una nación pequeñita y en la que ni siquiera la mitad de su población está de acuerdo en su creación y en la que apenas utiliza su lengua habitualmente un 35–37% de su población, se le puede aplicar el principio de las nacionalidades, enunciado por el presidente Wilson hace 100 años, hoy, en pleno período de la globalización, me parece algo más que irracionalismo. Locura sería, incluso, más acertado. Ahora bien, es cierto que en Cataluña los nacionalistas han gobernado desde hace 40 años y que la estación término de todo nacionalismo es la independencia. Pero sobre esto podríamos decir que “hay mucho método en tanta locura”.

– ¿Sin embargo, el irracionalismo no es sólo patrimonio del independentismo?

– No me he limitado en el relato a un planteamiento maniqueo: a un lado independentistas irracionales y a otro constitucionalistas responsables. La clase política no suele moverse por la irracionalidad, salvo la independentista que los une a ambos; ese es su gran “factor diferencial”… Ahora bien, la novela refleja la lucha entre dos corrientes opuestas de las que se sugiere que han estado presentes a lo largo de la historia. Una es la que tendría a Macià como figurón, la otra es la reaccionaria, ultramontana y conspiranoica. De hecho, el relato parte de dos hechos históricamente ciertos: el estreno en Barcelona de una obra de teatro escrita por el nieto de Josep Tarradellas sobre la amputación del corazón a Macià que, guardado en una cajita, acompañó a su abuelo durante los años de exilio y, por otro lado, la figura de Mauricio Carlavilla, escritor español que desde los años 30 denunciaba la existencia de una conspiración en la que incluía a judíos, masones y comunistas. He de decir que yo misma me sorprendí cuando hace unos años conocí la obra de Carlavilla y desde entonces me ha interesado la mentalidad conspiranoica.

                                

– ¿Cuál fue el detonante para que escribieras la novela?    

– Fueron varios, pero uno merece ser explicado públicamente. En el otoño de 2017 el conocido escritor norteamericano Dan Brown publicó su novela Origen ambientada en España y cuya trama se desarrolla, en buena medida en Barcelona. Decidí leer la obra. Me sorprendió, no ya el desenfoque absoluto de la narración, los cabos que el autor dejó sueltos, lo grotesco de las situaciones, lo rematadamente absurdo del guion, la carcajada de ver los rasgos con los que Brown pinta a Leticia Ortiz, en la narración “Ambra Vidal” o el papel “histórico” de la secta del Palmar de Troya, la bisexualidad del Rey de España, incluso la ignorancia sobre la vida de Gaudí o la pobreza de conocimientos del autor sobre William Blake… por citar solamente unos pocos “detalles” de una novela decepcionante y que, además, no aportaba nada nuevo a lo que el autor ya había dicho en otras ocasiones sobre el conflicto entre “ciencia” y “religión” que en la profundidad de los EEUU debe tener todavía mucho interés pero que en la Vieja Europa se ha resuelto desde hace más de 100 años. Tras la lectura me planteé una doble cuestión: ¿puedo hacerlo mejor? ¿es posible realizar una novela ambientada en Barcelona y que no decepcione a los barceloneses? La respuesta a la primera pregunta fue, obviamente, afirmativa: de hecho, cualquiera que sepa articular unas cuantas frases y ponerlas al servicio de un guion, puede hacerlo, como mínimo, tan bien como el autor norteamericano. Y lo segundo es lo que, verdaderamente, ha dado vida a esta novela. Seguramente muchos barceloneses se reconocerán en los paisajes, las situaciones y las valoraciones que se realizan.

– ¿Cómo definirías El corazón de Macià?

–Es una novela negra, pero en la que la mayor parte de los acontecimientos que se narran son históricos… salvo unos pocos detalles que son fruto de la imaginación del autor. Mi intención es que, al final de la obra, el lector que la haya seguido se documente por sí mismo y compruebe que los aspectos más abracadabrantes de la novela ¡fueron realidad! Tanto en los años veinte, protagonizados por Francesc Macià como en el siglo XXI con Puigdemont y el “procés”. El corazón de Macià es uno de esos casos en los que la realidad supera a la ficción y el autor -el que suscribe- se ha limitado a reproducir episodios diversos, deformar algunos rostros e introducir elementos novelados para darle coherencia.

– ¿Cuál es para ti el dato histórico que más te ha llamado la atención?

– El episodio mismo de que un equipo médico, que ni siquiera era el “equipo médico habitual”, le extrajera el corazón a Macià en el momento de la muerte, lo hirviera en una caldera, lo vaciara, le llenara de serrín, lo recosieran y lo vendaran íntegramente con vendas de lino, hechas tras romper cortinas de la Casa dels Canonges, la residencia oficial de Macià, empapadas en una resina. Y luego guardarán el corazón en una cajita… Todo esto, ya es de por sí enigmático y siniestro, pero lo más sorprendente es que la Generalitat nunca, absolutamente nunca, ha dado explicaciones de por qué se hizo todo eso.

– ¿Qué ocurrió con el corazón?

– Se lo llevó Tarradellas y luego lo retornó al mausoleo donde estaba el cadáver de Macià, durante la transición, en lo que supuso el último episodio de algo que fue, en realidad, tragicómica. 

– ¿Y eso por qué…?

– El cuerpo de Macià no estaba en donde Tarradellas creía y, para colmo, cuando se localizó ocurrió lo más inesperado…

– ¿… que fue?

– Ja, ja, ja… para eso tendrás que leer la novela o documentarte en la prensa de la época. De hecho, el final de El Corazón de Macià, es una interpretación de cómo se llegó a ese final absurdo, grotesco y, por qué no decirlo, siniestro.


– ¿Qué estilo narrativo utilizas?

– Como ya he dicho, la fórmula es de novela negra. Un matrimonio de periodistas, investigan cada uno por su cuenta, el independentismo, ella trata de iluminar el siniestro episodio del corazón arrancado. El, contratado por el CNI para establecer el papel de Georges Soros en el “procés”, se encuentra con una extraña logia y con un bruja rumana contratada por los independentistas. He procurado, cuando lo permitía la situación, introducir elementos humorísticos más que caricaturescos, especialmente en la parte final. Al lector no se le escapará la ironía que destila el texto en todas sus páginas. El arte de una novela negra es que todas las piezas queden al final bien engarzadas. Creo que en esta novela lo he conseguido.

– Así pues, se trata de una novela sobre Macià y cuya trama se desarrolla en Barcelona

– Sí y no. En realidad, Barcelona, obviamente es el escenario de la mayor parte de las situaciones, pero una parte sustancial del relato transcurre fuera de España, en París y Moscú. Era obligatorio realizar estos desplazamientos. Macià, al exiliarse, recaló en París en donde se relacionó con gente harto curiosa y que reflejo en el relato. En un momento dado, y animado por Pepe Bullejos, alias El Cojo, Secretario General del Partido Comunista de España en aquel momento, fue a Moscú a entrevistarse con los dirigentes del Komintern. Otra parte, transcurre en el campamento de refugiados de Argelés a donde fueron a los que se exiliaron al llegar las tropas de Franco a Barcelona. Como ves hay muchos escenarios distintos. Y me gustaría recalcar que todos los datos sobre Macià han sido recogidos de libros y documentos escritos por amigos y colaboradores suyos y por su propia hija.

– Algunos elementos que sacar en la novela son propiamente “conspiranoicos”. ¿Por qué esa insistencia en la masonería?

– Carlavilla y el padre Tusquets sostenían que Macià era masón, a pesar de que desconocían algunos de los datos históricos que aporto y que se han conocido con posterioridad. En mi opinión Macià fue, al menos en un período de su vida, seguramente cuando era militar, miembro de la masonería y, de hecho, cuando fundó ERC se rodeó de masones, algo que me parece incontrovertible. Ahora bien, en mi novela la masonería aparece como “falso señuelo”. Aludo a una sociedad secreta traída a Cataluña desde el Moscú y que, efectivamente existió en los bastidores de la revolución bolchevique y prolongó su vida durante todo el período de Stalin. Esta sociedad apenas es conocida, a pesar de que Lenin la combatió y le dedicó uno de sus más famosos ensayos.

– Aludes también a una “bruja rumana”… ¿Tiene algo que ver con la esposa del ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont?

– En absoluto. El personaje de fondo existe –en Rumanía hay una “reina de las brujas” que tiene buenos agarres entre la clase política– pero no tiene nada que ver con la esposa de Puigdemont por mucho que algunos la hayan definido abusiva y malintencionadamente como “bruja”. Si resalto la figura de una “bruja rumana” es porque el propio Puigdemont recibió en el Parlament la ofrenda de un plato votivo rumano con símbolos mágicos del folklore popular “romanichel”, los gitanos rumanos, el “gallo de Horezu”. 

– El libro se anuncia como “la novela del proceso soberanista”… ¿no es un subtítulo muy oportunista?

– Sería oportunista, si no tratara sobre el proceso soberanista. Pero es que está centrada en él, en los años 20 y en el camino que culminó en el referéndum frustrado de 2017. Desde 2013, los indepes han considerado que no había otro problema más que la independencia. Resultaría muy difícil escribir una novela sobre la Cataluña del siglo XXI y no tocar el “proceso soberanista”, por mucho que no lo haya hecho desde la óptica que sus impulsores desearían.

– ¿Primera novela? ¿ópera prima?

– En realidad no. He escrito bastantes relatos cortos por pura diversión y algunos otros, más largos, como “negro”. Ya era hora de escribir uno con mi firma ahora cuando tengo cierta experiencia de la vida y ánimo suficiente para encarar el futuro con una sonrisa en el rostro. También me gustaría añadir que escribí tres versiones de esta novela, cada una de las cuales, se iba acortando en relación a la anterior y al final ha quedado un producto depurado, ameno, entretenido y que, además está escrito con la intención de informar al lector. Eludo decir el nombre del escritor catalán que me ha guiado y aconsejado en este recorrido y, sin el cual, ni siquiera hubiera empezado a redactar la novela. Un brindis para él. Eludo su nombre, porque conozco bien el rencor y el odio eterno que deparan los indepes a todos los nacidos en esta tierra que no compartimos sus chaladuras sectarias.

– El corazón de Macià ¿será un trabajo puntual? ¿tendrá una segunda parte?

– En realidad se trata de la primera parte de una trilogía que deberá tener otras dos partes, una dedicada a “los pies de Companys” y otra a la “cabeza de Cambó”…  Las tres compondrán un tríptico sobre la Cataluña que ha exaltado el nacionalismo, el regionalismo y el independentismo, tres ismos colindantes.

– ¿Y por qué estas tres asimilaciones corporales?

– Cambó y la cabeza porque fue un regionalista que intentó pensar “en grande”, no con un horizonte circunscrito al terruño, sino a todo el Estado. Macià y el corazón que le arrancaron literalmente, porque en este órgano residen los impulsos emotivos y sentimentales y él era sobre todo un abuelo impulsivo. En cuanto a la alusión a los pies relativa a Companys, no es tanto por descalzarse en el momento de su fusilamiento, sino por que gobernó Cataluña con lo más alejado de la cabeza. 

– Esperamos leer la trilogía completa.

– Y yo disponer de tiempo suficiente para escribirla.